sábado, 6 de abril de 2013

HIJOS DE PADRES SEPARADOS


"No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará."   (Gálatas 6:7)

Lo ideal es que las parejas, por lo menos las que se encuentran dentro de las iglesias, vivan toda la vida juntas y críen hijos lo más saludables posible, tanto espiritual como emocionalmente; lo cual a la larga les hará cosechar generalmente hijos obedientes, trabajadores, productivos,... aunque habrá claro sus excepciones.

Pero eso es solo lo ideal, la realidad es distinta, en ella:
- Hay padres y madres que al llegar a la iglesia ya se encuentran separados de sus parejas.
- Hay parejas cuyos matrimonios llegan sumamente destruidos y no tienen muchas intenciones que digamos de arreglr sus situación.
- Solo llega al Señor uno de los miembros y el otro no, y tampoco tiene intenciones de empezar a asistir.
- Uno de los miembros de la pareja, aún dentro de la iglesia, comete actos no muy gratos para el matrimonio: es infiel, es adicto a alguna sustancia, es sumamente agresivo,...

Todas estas y mil causas más dan a la larga como resultado algún tipo de ruptura en la pareja, en ocasiones solo se separan, en otras se divorcian lo más amistosamente posible y en las peores se enredan en juicios y pleitos inmensos antes de realemente quedar separados; pero sin importar el tipo de separación, en todas ellas los inocentes que siempre, leélo bien, ¡SIEMPRE! resultarán dañados, son los HIJOS.

Y ese daño causado por la separación de sus padres, generalmente cosechará sus frutos en problemas de comportamiento, claro, no en todos los casos, pero en casi todos si; es más, todos esos problemas de conducta comenzarán aún antes de la separación, cuando los hijos se hallan dado cuenta del conflicto que existe entre sus padres; y aunque cada niño responde de forma diferente, las conductas más comunes son:
- Mucho miedo al futuro, ¿Qué pasará con su vida?
- Un intenso enojo, como una expresión del dolor que tiene dentro de sí.
- Una enorme confusión, no tienen idea de qué está pasando y en ocasiones tampoco quieren tenerla.

Las cuales a su vez se ven reflejadas en su desempeño escolar, su estado de ánimo, el consumo de sustancias adictivas, su adición a alguna banda,...

Problemas que generalmente crecerán al llevarse a cabo la separación, ¿QUÉ HACER ENTONCES?

¿Qué pueden hacer los padres, las iglesia y los miembros de la congregación en general cuando algo así suceda?

Bueno, hay varias cosas que se pueden hacer para que el daño de la separación sea lo más pequeño posible y para que a la larga coseche la menor cantidad de consecuacias que se pueda; entre ellas están:

-  Excepto en casos muy especiales que solo un profesional determinará, los hijos NUNCA deberán ser alejados del otro padre, el hecho de que los padres no se soporten. por NINGUNA causa significa que los hijos no deberán seguirse relacionando con sus dos padres, aún si uno de los padres se niega a poveer para su hijo, no deberá por ello ser alejado de su hijo, pues esto le da estabilidad emocional.
- Los hijos nunca deberán ser utilizados como armas para vengarse o herir a la pareja, es más, frente a los hijos los padres separados deberán comportarse lo más amistosamente posible, para no darle lugar al diablo al incrementar el miedo o la ira de sus pequeños.
- Su familia ha sido destrozada, de modo que una de sus mayores necesidad es la de aprobación, ser aprobados por sus padres, sus amigos, sus pastores y la iglesia en general, en vez de ser señalados, estigmatizados y segregados de los demás.
- Darles la mayor seguridad posible en todos los sentidos, haciéndoles ver con acciones reales que usted, su pareja, Dios, los pastores y la congregación nunca les dejarán en el abandono, recuerda, su mundo se está cayendo, si tú y tu iglesia no lo sustentan, no haden después chillando cuando sus hijos se recurran a las drogas para aliviar su dolor.
- Los hijos tienden a personalizar la separación y piensan que en parte ellos son los culpables de lo sucedido, no se canse de decirles y demostrarles que ellos no tienen la culpa, no es su problema sino de sus padres.
- Dado que necesitan de una estructura familiar en estos momentos sin familia, no los concienta, refuerce la disciplina, los horarios, las tareas,... ellos necesitan ver que el mundo no ha cambiado y que sigue girando como siempre.
- No suponga que a falta de pareja ahora sus hijos tomarán su lugar, sobre todo en el caso de las mujeres que al hijo le dicen: "Ahora tú eres el hombre de la casa"; no ponga sobre ellos más cargas de las que ya tienen en el caso de una ruptura familiar, al contrario, sea fuerte y valiente, dandoles así la seguridad que tanto necesitan.
- Busque dentro de su familia o la iglesia alguna familia  estable que conviva con sus hijos, unos tíos por ejemplo o unos pastores con hijos, con los que puedan relacionarse y aprender como es la vida y como se vive; no vaya con la tía divorciada, el solterón de la congregación o el primo borracho a buscar ayuda, ellos solo empeoraran las cosas.
- Justo después del divorcio las parejas quedan muy dolidas, pero con el paso del tiempo el dolor va dando paso al razonamiento, por el bien de sus hijos, trate de entablar nuevamente una relación de amistad con su ex, un día cosechará este esfuerzo en sus hijos, recuerde que ellos nunca perderán la esperanza de ver a sus padres juntos, aunque sea por algunas horas durante la semana, hágales ese favor.

Por último, si usted dentro de su congregación desea realmente colaborar con el Señor entable una acción específica con respecto a este tema: platicas, retiros, equipos de trabajo,...que se yo; no tiene idea de cuantos miles de adictos retirará de las calles y reclusos de las cárceles con algo así, yo trabajo con los que ya cayeron en estas situaciones y se perfectamente lo que le estoy diciendo.