viernes, 18 de abril de 2014

LA ÚLTIMA CENA DE EL SEÑOR


Antes de analizar detenidamente como celebró nuestro Señor su última cena, debemos tener en cuenta que Jesús nació como judío y por lo tanto vivió como judío, por lo que las fetividades en la cuales se involucraba eran judías y eran celebradas bajo preceptos de este mismo tipo.

Por eso en ocasiones cuando los cristianos tratamos de entenderlas desde nuestro punto de vista, nos cuesta mucho trabajo comprender algunos puntos, y en ocasiones tratamos de adaptarlas a nuestra forma de ser porque no entendemos las causas primordiales de lo que en ellas se realiza.

Con esto como antecedente empezemos pues a analizar este tema.

Lo que Jesús instituyó esa noche para anunciar su muerte hasta que el venga, comenzó como una celebración de la pascua judía, que recordaba la liberación del pueblo judío de la esclavitud egipcia, por lo que fue llevada a cabo bajo las ordenazas, costumbres y tradiciones tanto bíblicas como judías del momento.

Por eso es que el cuadro más famoso sobre este evento que es el de Leonardo Da Vinci, está totalmente equivocado tanto en la forma que se distribuyeron Jesús y sus discípulos en la mesa, como en la disposición de los elementos necesarios para llevar a cabo la celebración y hasta en la forma en la que se encontraban comiendo, pues esta basada en costubres y tradiciones europeas y no judías.

Para empezar, el aposento alto donde se celebró era posiblemente de algún discípulo o conocido del Maestro, de ahí que cuando Pedro y Juan le dijeron "que su hora había llegado", este comprendió el mensaje y los acogió en un lugar totalmente adecuado ya para la celebración judía; algunos creen que fue el padre de Marcos, que en ese momento era casi un niño, el que les proveeyó del lugar.

El lugar debió haber estado provisto de un comedor de unos 15 pies de largo con una serie de sofás alrededor de una mesa de pequeña estatura, pues en esa celebración la norma era que había que participar de la cena en forma reclinada para indicar con ello tanto reposo como seguridad; así que tanto Jesús como sus discípulos se debieron haber reclinado sobre almohadas alrededor de la mesa, cada uno descansando sobre su mano izquierda para dejar libre la derecha, de ahí que se diga que Juan en vez de reclinarse sobre su almohada se reclinó sobre el pecho de su Maestro.
Y obvio Jesús y sus discípulos no estaban sentados en sillas como lo pintó Da Vinci, además se acostumbraba ayunar durante el día para con ello disfrutar mejor de dicha cena.

Lo más importante de la cena era el cordero pascual, el cual debía ser llevado al Templo con anticipación para ser revisado y sacrificado por los sacerdotes, y cuya sangre era recibida en un cuenco de oro y vaciada en el altar, para posteriormente en casa ser asado sobre madera de granado; sin cordero no había cena, de ahí que cualquier cuadro o pintura de este evento debe tener un cordero preparado en la mesa.

Y aunque las mesas posiblemente eran más o menos parecidas a las nuestras, nada más que más baja, los comensales no se sentaban alrededor de toda la mesa, sino que formaban una especia de herradura alrededor, pues el mantel no cubría toda la mesa, ya que dejaba una parte de ella descubierta para colocar ahí los platos.

En un extremo de esa herradura estaba sentado Juan, después Jesús, solo así pudo habérsele reclinado en el pecho, luego Judas, por eso fue al primero que se le pasó el bocado mojado, y en el otro lado, totalmente contrario de la herradura debió haber estado Pedro, de ahí que solo él pudo preguntarle a Juan quién era el traidor, se supone que el resto de los discípulos se acomodo a lo largo del resto de esa herradura como creyó conveniente.

La cena comenzaba cuando el jefe de la Cena Pascual, en este caso Jesús, tomaba la primera copa de vino, no de jugo de uva, ni de mosto, sino de vino, vino fermentado, obviamente con alcohol, y daba gracias por el vino diciendo: "Bendito seas Tú, Jehová nuestro Dios, que creaste el fruto de la vid".

En la actualidad los judíos cuando llevan a cabo esta celebración utilizan un vino al que le llaman Kosher, algo así como ritualmente puro, y que posiblemente fue el mismo que Jesús utilizó, pues era obligación del Estado suministrar dicho vino aún a aquellas personas que no tenían dinero para comprarlo; el cual, aunque en sí es un vino normal como cualquier otro vino, es producido no solo bajo la estricta supervisión de una serie de rabinos sino bajo otras normas muy estrictas de producción, para poderle dar así esa calidad de pureza ritual.

Después de daban gracias por la celebración en sí, y el jefe de la cena se lavaba las manos inmediatamente después de la primera copa, sin embargo aquí Jesús aprovecho el momento para lavar los pies de sus discípulos y darles así una enseñanza de servicio.

Ahora sí, los platos eran traídos a la mesa, el jefe moajaba una serie de hierbas amargas en agua con sal o vinagre, decía una bendición y el grupo participaba de ellas.

Luego partía uno de los panes o tartas sin levadura, colocaba la mitad a un lado para después de la cena, elevaba la otra parte y decía: "Este es el pan de miseria que comieron nuestros padres en Egipto. Todos los que estén hambrientos, vengan y coman".

Después de esto elevaba la copa y pronunciaba ciertas oraciones, después se pronunciaba una oración y se bebía de la copa.

Ahora todos se lavaban las manos y comenzaba la comida comiendo un trozo del pan sin levadura con carne y hierbas amargas, ese fue el pan mojado del que dió a Judas, no fue simplemente pan, sino pan con cordero y hierbas, todo envuelto, algo parecido a un pedazo de taco mxicano o algo así; y fue ahí donde salió Judas de la cena.

Ya terminada la cena, era servida la tercera copa de vino, y también era costumbre que al final de la cena pascual se participara de la mitad de pan sin levadura que se había apartado al principio, y es precisamente con esta mitad de pan que dijo: "Tomad, comed, esto es mi cuerpo"; y con esta copa de vino, a la que se le llamaba la copa de la bendición, con la que dijo "esta es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para la remisión de los pecados".

Con ello entonces el Señor instituyó la Cena que todos los cristianos celebramos, pero aún así la festividad judío no concluyó ahí, todavía la copa fue llenada por cuarta vez y se repitieron los Salmos 115, 116, 117, 118 y 136, junto a ciertas oraciones e himnos.

Y solo así, concluyó la fiesta de la pascua en la que nuestro Salvador insituyó la Santa Cena o Cena del Señor.

"Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados"   (Mateo 26:26-28)