miércoles, 12 de octubre de 2011

EL SUEÑO Y LA ADMINISTRACIÓN DEL TIEMPO

Salmo 127:2 “Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar,Y que comáis pan de dolores;Pues que a su amado dará Dios el sueño.”
Eclesiastés 3:17” Y dije yo en mi corazón: Al justo y al impío juzgará Dios; porque allí hay un tiempo para todo lo que se quiere y para todo lo que se hace.”
En teoría las personas que sirven al Señor deberían de ser más sanas que las personas que no lo hacen debido a que su amor, paz y protección está con ellos; sin embargo las estadísticas demuestran lo contrario, las personas que sirven a Dios generalmente son más propensas a los ataque cardiacos, la presión arterial alta y  las embolias cerebrales que el promedio de la población.
Parte de ello se debe a que la excesiva carga de trabajo les tensa demasiado y les impide dormir bien; la pregunta aquí es:
¿Cuál es su mayor problema, no dormir bien o estresarse demasiado?
En un experimento realizado con ratas, se les impidió a estas dormir, para ello fueron conectadas a un electroencefalograma y cuando este indicaba que la rata se había dormido una rueda automática las aventaba al agua, naturalmente con el susto el animal se despertaba para evitar ahogarse; después de unos días todas las ratas murieron, algunos científicos pensaron que lo que había las había matado era que no habían dormido, sin embargo al analizarlas clínicamente descubrieron que realmente lo que había acabado con ellas era el estrés al que eran sometidas cuando caían al agua, pues algunos de sus órganos vitales no estaban desgastados, sino inflamados.
Estamos en un mundo, donde todo prácticamente es “para ayer”, todo urge, y desgraciadamente la gente en general y también muchos cristianos en particular son demasiado desconsiderados con el tiempo de los demás; el gran ejemplo en México, que es donde yo radico, es el Seguro Social, aquí si tienes consulta con tú médico a las 10:00 a.m., aunque llegues puntualmente a tú cita no te pasan con el doctor a la hora convenida, si bien te va pasas a consulta como a las 11:30 a.m. y entre que pasas a consulta y recoges los medicamentos que te recetaron, fácilmente terminas saliendo entre las 12:00 p.m. y las 15:00 p.m.; ni a los directivos, ni a los doctores, ni a las enfermeras,… les importa si tienes que ir a trabajar, o si ya comiste, o si tus niños están solos en  casa esperándote.
Y desgraciadamente lo mismo sucede en la iglesia, pues estamos malacostumbrados, si nos piden algo a veces lo hacemos si queremos y cuando queremos, pero no nos urja a nosotros algo, porque llamamos a los que sirven al Señor a cualquier hora de la madrugada esperando que se nos atienda inmediatamente.
¿Qué solución darías tú a esto? Dejar de atender a la gente. CLARO QUE ¡NO! PARA ESO ESTAMOS.
Pero hay otras posibles soluciones, y la que yo considero más importante es tener un horario, una agenda y un colaborador; con el tiempo los hermanos aprenderán que solamente dentro de ciertas horas y días de la semana estarás disponible, fuera de ellos no, si les urge algo acudirán a con tu colaborador, finalmente el que soluciona los problemas es Dios y no tú; además de ello (excepto verdaderas emergencias) todo se hará previa cita, de esa manera no tendrás que estresarte tanto al tratar de abarcar asuntos para los cuales ya no tienes tiempo.
Lo sé, algunos se enojaran y cambiarán tal vez de líder o de iglesia, no importa, tu labor es demasiado importante para Dios como para dejes que una enfermedad la trunque, estresándote menos, seguro dormirás mejor, soñarás cosas agradables y vivirás más o por lo menos mejor.
Si leyendo esto no te identificas porque en este momento no tienes ningún cargo en la iglesia, aprende que también puedes aplicarlo a tu vida diaria, sobre todo a aquellos familiares, amigos o visitantes que se presentan en tu casa cuando les viene en gana; muchos de ellos no lo hacen a propósito, pero sin importarles si tienes examen al otro día, si te duele el estómago o si estás cansado, se presentan sin más para platicar o porque no tienen otra cosa que hacer; y ya sabemos los cásicos, la suegra, la vecina metiche, el primo vago de la familia o el amigo borracho que quiere alguien que le haga segunda.
Habla con ellos cristianamente y pídeles que hablen contigo antes para reservar un tiempo por anticipado, y a menos que sea realmente una emergencia no cedas a sus caprichos, tal vez al principio digan que te crees demasiado importante, pero si son buenas personas aprenderán a respetar tu tiempo, pues recuerda que tu salud es finalmente más importante que lo caprichos de otros.