viernes, 23 de septiembre de 2011

HERIDAS DEL PASADO


Santiago 1:2-3 “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.”
Isaías 1:6 “Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.”
Juan 14:26 “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”
Dentro de casi todas nuestras iglesias siempre existen algunos hermanos, a los cuales, sin tomar en cuenta lo que hagan o donde se encuentren, siempre se repiten en sus vidas una serie de patrones malignos que no les permiten vivir la vida cristiana de forma adecuada, tal como si una serie de espíritus amenazadores los anduvieran rastreando como sabuesos para ver tras vez causarles daño; por ejemplo:
-          Algunos de ellos sufren desgracia tras desgracia, el día que no chocan, tiembla y se les cae la casa, se caen en la calle,…
-          Otros siempre viven asediados económicamente, no tienes trabajo o ganan muy poco, y cuando por fin tienen algo los asaltan, se enferman y los despiden, el vecino los desfalca,…
-          En el caso generalmente de algunas hermanas, aunque a los hombres también les pasa, son violadas de pequeñas, pero al crecer entonces son acosadas o el novio las maltrata o el pastor intenta manosearlas.
Es cierto, de alguna forma todos como cristianos debemos atravesar ciertas pruebas, pero:
¿Es normal estar siendo continuamente probado?
¿Es normal que los problemas sean siempre del mismo tipo?
¿Por qué esto les sucede solamente a ellos y no a toda la iglesia en general?
En algunos de estos casos puede deberse a alguna maldición que ha pasado de generación en generación a causa de una iniquidad cometida por sus antepasados, pero no siempre es el caso, algunos de ellos ya han orado y roto todas aquellas maldiciones que les han venido a la memoria y para su desgracia el patrón de maldad que opera en sus vidas continúa trabajando.
¿Por qué sucede esto entonces?

Cuando una persona sufre un trauma muy fuerte en su vida, como el abuso sexual, la pobreza extrema, el abandono, la violencia doméstica, alguna deshonra muy grave o algo similar en magnitud a esto, sobre todo de pequeño, llega el momento en el que consciente o inconscientemente llega a percibir tal abuso como algo normal, o que incluso algo que se merece, convirtiéndose así en víctima de las circunstancias.
El mayor problema de que alguien se convierta a si mismo en víctima es que en ese momento las personas malas y los demonios van a tratar de mantenerla en un ciclo de desesperación constante, debido a que por el trauma se adhirieron a su vida ciertos patrones de comportamiento que por un lado le impiden salir del pozo de desesperación en el que se encuentra y por otro le convierten en blanco fácil tanto de demonios como de gente mala.

A eso se debe por ejemplo que una muchacha que fue abusada de niña, posteriormente sea maltratada por otros hombres a lo largo de su vida, no es que los atraiga, es que debido a las heridas emocionales que sufrió cambio su conducta y es entonces la forma inconsciente en la que se comporta delante de los hombres la que le hace ser un blanco fácil de aquellos que son degenerados y pervertidos, además de que debido a las ideas que alberga por el mismo trauma es más susceptible que el común de las demás cristianas a ser atacada y oprimida por Satanás y sus demonios.

¿Qué hacer entonces para ponerle fin a ese patrón de vida?

Muy fácil, deben curarse las heridas emocionales causadas por el trauma sucedido, el tiempo no las cura solamente las cubre, por eso es que hay hermanos que fueron abandonados por sus padres hacen 40 años en una estación de tren y todavía recuerdan el momento como si fuera hoy y les duele tanto como les dolió entonces.

Quien puede curar tus heridas emocionales es el Espíritu Santo, porque el recuerda conoce perfetamente el cómo y el porqué fueron causadas esas heridas, puede recordártelo y consolarte de ello.

Verás que una vez que el empiece a trabajar en tu vida, tu conducta irá cambiando y los patrones de maldad que en este momento operan en ti irán sesando poco a poco, no esperes más, trata con Él, el es tu Dios y ama al igual que el Padre y Jesucristo te aman.

Si el tema de alguna forma de intera puede ahondar más en el leyendo el libro "El ciclo de la mentira" de Alice Smith, si no lo encuentras en las librerías o no se vende en tu país puedes conseguirlo gratis en la página santalectura.blogspot.com.